La imagen del Santo Cristo de El Salvador es el objeto principal del retablo. Esta talla del siglo XIII, también llamado Cristo de las Tres Manos, por tener una tercera mano sobre su costado izquierdo, y que pudo pertenecer a un tríptico del Descendimiento. Es la imagen más venerada de la ciudad, que mantiene su vigencia merced a la Hermandad de su nombre
La imagen del Santo Cristo de El Salvador es el objeto principal del retablo. Esta talla del siglo XIII, también llamado Cristo de las Tres Manos, por tener una tercera mano sobre su costado izquierdo, y que pudo pertenecer a un tríptico del Descendimiento. Es la imagen más venerada de la ciudad, que mantiene su vigencia merced a la Hermandad de su nombre.
En el remate, la figura del Padre Eterno (1) presenta dos cartelas con la leyenda: "Hic est filius meus dilectus"(Este es mi hijo amado). Justamente debajo, un óvalo con la figura de Cristo triunfante (1), a cuyos lados se encuentran las efigies de Moisés y Elías (3 y 4). Al pie de ambas, se hallan dos personajes dentro de respectivos rosetones, representación del pueblo y de la nobleza (5 y 6).
Un lienzo de autor anónimo, probablemente del siglo XVII, con la escena de la Adoración de los Reyes preside el retablo, flanqueado por cuatro figuras, dos a cada lado, alegorías de las virtudes cardinales: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza (7, 8, 9 y 10).
Un friso muestra dentro de sus respectivas hornacinas las figuras de Santa Ana y la Virgen Niña (11), la de San Francisco de Asís (12) y las de los cuatro evangelistas (13, 14, 15 y 16).
Sobre la mesa de altar, a cada lado del sagrario, dos bajorrelieves en madera policromada del siglo XVIII exhiben la Adoración de los Pastores (17) y la Circuncisión de Jesús (18).
Los escudos y armas de los laterales pertenecen a la familia de Diego Andrés de Camarena, a cuyas expensas se construyó.
Retablo rematado por un lienzo con la figura de San Pascual Bailón y un escudo de armas.
Siguiendo el eje vertical del cuadro central, la representación de la Santísima Trinidad. En el centro la Virgen
con el Niño, debajo la figura de Moisés.
A ambos lados del Padre, figuras de ángeles y San José y Santa Ana flanquean a la Virgen y al Niño;
vemos luego a Moisés y junto a él a San Juan Bautista que anuncia "Ecce Agnus Dei"
(He aquí el Cordero de Dios), y a San Juan Evangelista.
En una repisa en el lateral derecho del altar, una talla de la escuela barroca representa a San Pablo con aureola,
manto rojo y un libro abierto en la mano derecha.
En esta capilla se encuentra la pila bautismal.
Adornado por siete cabezas de ángeles, un lienzo de Santa Bárbara remata
el retablo, cuyo martirio simbolizan unos rosetones en el friso superior.
En el cuadro central, un lienzo del siglo XVII muestra el retrato de Santa Quiteria, que sujeta un perro.
La imagen de María Auxiliadora fue un obsequio a la parroquia de la Cofradía de su nombre.
El retablo está rematado por un escudo de armas de título desconocido.
El lienzo de la Adoración de los Reyes está enmarcado entre dos columnas recubiertas de racimos.
En la calle central, de izquierda a derecha, se aprecian las imágenes de San Mansueto, donado tras
la batalla de los montes Mansuetos, San Antonio y Santa Rita de Casia..
El lugar que ocuparon en su día dos imágenes barrocas de San Joaquín y San José,
hoy en el Museo de Arte Diocesano, lo ocupan hoy las imágenes de los santos Crispín y Crispiniano.
En el lienzo central, la Santísima Trinidad.
El pie del altar está cubierto con una tabla que invoca a Santa Casilda.
La imagen de la Virgen Dolorosa se enmarca en un retablo de principios del siglo XVIII, en una hornacina central, con ornamentación de ángeles, pájaros y motivos vegetales
Es la única capilla cubierta con cúpula y linterna.
La imagen de la Inmaculada ocupa la hornacina central.
A ambos lados, en sendas hornacinas, se observan las figuras de Santa Ana y la Virgen Niña, y de San Joaquín.
Construida a expensas de don José Torán de Garnica, cuyo escudo nobiliario se repite en el retablo,
toma de él su nombre popular.
Un cuadro de Antonio Bisquert (c.1596-1646) representa a Cristo Buen Pastor. Debajo, el donante José Torán,
dice: "Dulce Jesús, apaciéntanos y defiéndenos".
En una de las cenefas inferiores que rodean el retablo puede leerse la leyenda: "Dr. Joseph Torán de Garnica,
vicario de la presente iglesia mandó hacer este altar en1682".
Sobre el altar, cuatro tablas: la Virgen y San Bruno, San Pedro, San Pablo y San Agustín junto al niño.
La sillería del coro es de 1705, realizada por Rivera Cebrián;
hay un lienzo de la Virgen Dolorosa y sobre la pared una imagen en piedra de Cristo (San Salvador),
con la leyenda “Salvator Mundi, Miserere nobis”, y otras figuras.
Encima del coro se encuentra el órgano, construido en 1709 por Nicolás Salanova.
Como curiosidad, se pagó por él el precio de 25 libras valencianas y el órgano viejo.
El más valioso de este tipo de la diócesis de Teruel-Albarracín.